LA AUTOESTIMA EN NUESTROS HIJOS
Cuando valoramos la imagen que tenemos de nosotros mismos hablamos de AUTOSTIMA. Todos, adultos y niños, necesitamos querernos y sentirnos queridos. Sin la confianza en nosotros mismos difícilmente podemos ser felices. La autoestima es uno de los aspectos más importantes en el desarrollo de los niños y niñas. Si un niño crece creyéndose no merecedor del cariño de los demás, acabará no queriéndose a sí mismo y sintiéndose inútil.
En el proceso de maduración de la autoestima la madre y el padre van a ser esenciales para lograr un correcto desarrollo en cualquiera de las facetas de sus hijos.
Los niños van creciendo al mismo tiempo que la relación con ellos tiene que ir cambiando. Es normal que cuando son pequeños todo nos parezca gracioso y los protejamos. Algunas veces deseamos que no crezcan más pero como esto es inevitable debemos adaptarnos a las etapas de desarrollo de nuestros hijos y facilitarles la independencia que necesitan. La sobreprotección no favorece la relación con ellos y a la larga, acaba siendo perjudicial para ambas partes.
Conforme van creciendo, los niños aprenden a actuar en su entorno y son capaces de hacer más actividades en las que ponerse a prueba y desarrollar sus habilidades. Sabrá si lo está haciendo bien o mal porque tanto los padres como el resto de personas significativas que forman parte de su día a día así se lo harán ver.
Desde Kamira queremos ofreceros algunos consejos para ayudar a vuestros hijos e hijas a desarrollar su autoestima:
- Debemos aceptar a cada niño en sus particularidades. Todos y cada uno de ellos tienen cualidades y defectos, por eso son únicos. Pero también tienen un montón de posibilidades que tenemos que ayudar a potenciar. Los padres somos el referente en el que ellos se miran por eso los comentarios, actitudes y sentimientos que les transmitimos juegan un papel fundamental en la autoestima de nuestros hijos. Confiar en ellos, hacerles ver sus progresos, ayudarles en las dificultadas son tareas que como padres debemos llevar a cabo si queremos que crezcan seguros y confiados. Es fundamental exigirles hasta donde puedan llegar, respetando su ritmo y sin pedirles más de lo que sean capaces de hacer. Tampoco debemos caer en el extremo contrario: protegerles demasiado no les ayudará a descubrir sus potencialidades.
- Los niños necesitan acción para comprobar si son capaces o no de hacer las cosas por sí mismos. Tenemos que aprender a no sobreprotegerlos conforme van creciendo. Nuestro miedo a que se caigan o a que fracasen en alguna hazaña no puede impedirles que tengan la oportunidad de hacer cosas y de mejorarlas.
- Toda comparación es odiosa y debemos evitarlas como sea en la relación con nuestros hijos. Si hemos aceptado que cada uno de nuestros niños es único e irrepetible nos será más fácil no echar mano de ellas. Decirle que un compañero de clase va mejor en matemáticas o que un hermano lee mejor que él siendo más pequeño no beneficia a su autoestima.
- No debemos juzgar de antemano la posibilidad de nuestros hijos; si cuando van a emprender una tarea les decimos “es muy difícil, no vas a poder hacerlo”, estaremos limitando su desarrollo en una faceta determinada porque los niños creerán lo que les decimos y no lo intentarán más.
- Los fracasos y los errores también son oportunidades de aprender y por eso debemos ser realistas con las cosas que les decimos. Cuando hacen algo mal debemos hacerles ver que se puede hacer mejor, animarles para que sigan intentándolo. Si todos son elogios no sabrán discernir cuando se han equivocado y equivocarse está bien porque les permite seguir aprendiendo. Muchas de las cosas que emprendan las emprenderán por primera vez y debemos apoyarles explicándoles la complejidad de cada cosa pero nunca desmotivándoles. También debemos evitar felicitarles por todo. Los niños tienen que confiar en sus padres, y si estos no les corrigen, si las personas que tiene alrededor consideran que todo lo hacen bien y exageran los elogios, perderán ese efecto positivo que les ayuda a crecer.
- La primera imagen que tenga de sí mismo será la que los padres le hayan proporcionado pero conforme va creciendo habrá otros referentes en su vida. Sus profesores cobrarán un papel relevante y es importante que haya comunicación entre padres y profesorado para seguir un desarrollo correcto de su autoestima.
- A partir de los 8 años más o menos, sus amigos ocuparán un lugar privilegiado en su vida. Se dará cuenta de sus posibilidades y se comparará con los demás. Si hemos hecho bien el trabajo, intentará mejorar aquello en lo que falla y buscará potenciarse en aquello en lo que destaca buscando su unicidad.